La condición suspensiva es una cláusula que se incluye en un contrato y que establece que ciertas obligaciones no entrarán en vigor hasta que se cumpla una condición específica. En otras palabras, esta condición suspende temporalmente la ejecución del contrato hasta que se cumplan las condiciones acordadas.
Por ejemplo, si dos empresas deciden firmar un contrato de suministro de productos, pueden incluir una cláusula de condición suspensiva que establezca que la obligación de suministrar los productos no entrará en vigor hasta que se cumplan ciertas condiciones, como la obtención de una licencia de exportación o la aprobación de un tercero.
En este caso, las empresas pueden acordar un plazo para que se cumplan estas condiciones, y una vez que se cumplan, la obligación de suministrar los productos se activará y se ejecutará de acuerdo con los términos del contrato.
Es importante destacar que la condición suspensiva es una herramienta útil para mitigar riesgos en la ejecución de un contrato y para proteger los intereses de las partes involucradas en el acuerdo. Sin embargo, es esencial que las condiciones establecidas sean claras y específicas para evitar malentendidos o disputas en el futuro.